(Norma Raquel López Jara)
En esta esfera generosa
nacen muchos sueños,
algunos de ellos aprenden a rodar
en caminos áridos y polvorientos
o en aquellos que serpentean
casi invisibles en el zarzal.
Otros se pierden sin horizonte
en la nebulosa del vacío o
en un peligroso fangal.
Unos cuantos sobrevuelan
sobre el filo de la montaña
o recorren con osadía
las olas del mar.
Otras tantas deambulan en el desierto
y se desvanecen de inanición y sed.
Pocas encuentran la fuente
para alimentarse y crecer.
Por esos, esos sueños de ayer, hoy y mañana
Por esos sueños de mujer empoderada
abonemos de utopía y esperanza la tierra,
abonemos de amor y grandeza las almas.